Os voy a hablar de
una experiencia propia relacionada con el método Vöjta
(pronunciado comúnmente como " método Voita "). Para los que hayáis
aterrizado sobre esta página sin conocer lo que es, os diré que básicamente es
un método de estimulación neuromotora utilizado fundamentalmente (aunque no
sólo) en niños con algún tipo de afectación neurológica que conlleve una
limitación normal del desarrollo a nivel motor, es decir, una discapacidad que provoque
que no puedan moverse, desplazarse o caminar de forma normal (desde
pequeñas asimetrías en el movimiento hasta graves problemas
motores).
El método se basa en
unos ejercicios que suelen realizar los padres sobre los niños afectados
consistentes en colocarlos en determinadas posturas bloqueando sus movimientos
y al mismo tiempo estimulando ciertos puntos que justamente provocan
movimiento. Con esta estimulación se busca que el sistema nervioso, afectado de
alguna forma, pueda encontrar otra vía de generar los movimientos musculares
que produciría la zona afectada.
Mi hija pequeña
ahora tiene ahora 3 años y medio. Nació con dificultades en el parto y pasó los
primeros 15 días en la UCI luchando por salir adelante. Antes de salir del
hospital en unas pruebas finales nos comunicaron que tenía afectada una zona
del cerebro por un infarto cerebral. Dejando la gran carga sentimental que
conlleva este asunto aparte y viendo ahora el tema con cierta perspectiva os
cuento que nos plantearon que la zona afectada no estaba relacionada (a priori)
con la inteligencia pero sí con la motricidad, lo que podría representar
problemas motóricos, asimetrías, dificultades en motricidad fina (como coger
objetos pequeños o abrocharse un botón, etc). Nos presentaron el método Vojta,
nos ensañaron los ejercicios y nos pusimos con ello pronto ya que lo importante
de este método es hacerlo lo antes posible, cuando el cerebro del niño está
comenzando a formarse a nivel de conexiones neuronales, para que la
estimulación consiga que el sistema nervioso cree caminos distintos a los
habituales para conseguir los mismos objetivos y paliar en lo posible los
efectos del daño neurológico.
La verdad es que nos
costó bastante acostumbrarnos a los ejercicios ya que la pobre, que ya había
sufrido bastante en el hospital, pasaba todo el tiempo de los ejercicios
llorando mucho. Como os digo se bloquea al niño en una posición y se le
estimula al movimiento lo cual no es agradable aunque tampoco doloroso. Es,
sobre todo, incómodo.
Poco a poco, pudimos
ir viendo que determinadas asimetrías que aparecían claramente en los
reconocimientos y en los propios ejercicios iban desapareciendo. Poco a poco
vimos una clara mejora y además un adelantamiento a nivel cognitivo (en esta
caso no afectado) que superaba las medias de los niños normales. Ahora os puedo
decir que camina, corre, salta y trepa, habla por los codos perfectamente y tiene una motricidad fina excelente, manejando
objetos pequeños con ambas manos mejor que lo esperado en niños de su edad.
A todos los padres
que os estéis planteando emplear o dejar de emplear este método os
animo a ir adelante. Para mi los resultados han sido espectaculares y pese a
que pueda parecer un poco tortura a un bebé, por ejemplo, os aseguro
que no es así; los bebés y los niños disocian perfectamente el ejercicio de
Vojta con la relación con los padres y a los pocos días, unos minutos después
de los ejercicios, ya están riendo y con un estado totalmente normal.
¡¡ Y MUCHO ÁNIMO si
estáis en alguna situación que requiera este tipo de terapias !!
Os dejo un par
de links para profundizar más en el tema:
No hay comentarios:
Publicar un comentario